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domingo, 10 de mayo de 2009

Nada me importa más que la música de tus labios.


Te espere, te esperaría y te sigo esperando.
No tengo remedio, no tengo cura, no existe ninguna lección que pueda hacerme cambiar.

miércoles, 6 de mayo de 2009

Todo se resume en una línea de palabras rencor, bronca, rabia eso es lo único por lo que adolesco.
Dolor, ausencia, herida eso dejó y está causando en mi. Quiero que desaparezcas.
Ojala nunca te hubiera conocido.
Ojala nunca hubieras entrado en mis días.
Ojala nunca hubiera sabido de vos y de tu existencia.
Ojala nunca se hubieran confundido mis sentimientos.
Ojala nunca hubieras sido el culpable de este dolor.
Ojala nunca me hubieras ilusionado como lo hiciste.
Ojala nunca te hubiera dejado caminar por mis terrenos.
Ojala nunca hubiera dejado que veas mi interior, que conozcas mi profundidad y que toques mi alma.
Ojala nunca hubiera dejado que me acaricies en la distancia.
Ojala nunca me hubieras usado para olvidar. Si porque eso hiciste me llenaste de palabras, de frases, de mentiras, de amores. Me llenaste de falsas ilusiones, de inexistentes sentimientos, me llenaste de ausencias, me llenaste de extrañeza, llenaste mi alma de dolor. Me heriste y lo seguís haciendo.
Ojala nunca hubieras frustrado mis expectativas.
Ojala nunca me hubieras nombrado.
Ojala nunca me hubieras buscado,
Ojala nunca me hubieras dicho te amo,
Ojala nunca me hubieras dicho que me extrañabas y necesitabas
. Siempre decías que yo era tu amor. Que era yo y nadie más, que yo era tuya y vos eras mío, siempre decías eso.

Dijiste que íbamos a ser para siempre en la eternidad, en el infinito.

Nunca dijiste que seguía existiendo un cariño fuera de mi existencia.
Nunca me advertiste que podías llegar a confundirte.
Nunca me contaste que existían los finales repentinos.
Nunca me negaste la posibilidad de empezar algo.
Nunca fuiste totalmente sincero.
Nunca pensé que me iba a sentir tan humillada y desgarrada.
Nunca trataste de frenar mi querer,
Nunca dejaste de demostrar lo que sentías por mí.
Dijiste que no necesitabas volver a nacer de nuevo. Afirmaste que yo era tu cura, tu sanación, tu nueva realidad. Prometiste y dijiste tanto pero quitaste todo lo que habías puesto en mí.
Y en ese decir, pusiste tantas promesas, tantos engaños, tantos sueños, tantas paradojas que fuiste como un ser irreal.
Tonta, incrédula, niña, idiota, vulgar, eso fui y mucho más. Porque me convenciste e hiciste que entrara dentro de una fantasía de príncipes y castillos. Fabulaste una historia que jamás se iba a escribir, mostraste algo que jamás había reconocido en esta tierra, fuiste de otro mundo y lo seguís siendo, pero en ese mundo quédate y aléjate, no me lastimes mas, no me uses mas, deja intacto lo poco que queda sano de mi.


Nunca dijiste que no estabas conmigo.

lunes, 4 de mayo de 2009

No entiendo, no los entiendo, no entiendo a las personas. Quizás porque ni ellos se entienden ni yo me entiendo y pretendo entender a ese ser humano que pretende entenderme también.
Odio con toda mi alma la ilusión, odio ilusionarme. Aunque sé que nuestra alma se sostiene de ellas. Pero sentirte ilusionada bajo el impulso de alguien y que ese artificio muera, se derrumbe, se caiga, se destruya o la hagan desaparecer es derrumbante. Eso se llama desilusión-desencanto-desengaño, es el
infierno mismo, el llanto sin freno, la tristeza infinita.
Sentís que todo lo que añorabas, soñabas, planeabas e imaginabas ya no parece tener lugar en un futuro no muy lejano, ya no existe un puede ser, quizás solo retumba la idea del nunca jamás.
Se destroza el alma, y nos ahogamos en un ondo sentimiento de desesperación. Dan ganas de arrojar y tirar todo por el vacío, ojala solo dieran ganas de tirar las cosas por la borda, y no de lanzarnos nosotros por ahí.
Cuesta tanto caer en la realidad, salir del mundo ficticio que esa personas nos había regalado.
Yo no soy la culpable esta vez, no soy la incrédula que fantaseo e imagino. El lo hizo por mi, él hizo que me perdiera en sus palabras y regalos, en sus líneas de amor y metáforas de un nosotros bastante próximo en el tiempo.
El jugó conmigo, con mis sentimientos. El hizo su propia semiótica que yo misma acepte y "trate" de comprender.
Me adapte a su molde, me entrelace a su cuerpo, me invadí de su yo, me apropie de sus próximos besos, me adueñe de su soledad infinita, me juré compartir el espacio inmenso que es su cama, adormecí con el por la noches, guardé con recelo todas sus caricias, hice que solo él existiera, mate a todos los demás de su especie para que él solo pudiera vivir en mi espacio, jugamos con un rol amoroso los dos, lo cuide y me cuido, lo añore siempre, lo espere una vida, lo extrañaría aunque no lo hubiera conocido, lo extrañé ayer hoy y lo haré pasado, desperté en un sueño inalcanzable, reí con su insensatez, aparecí hundida en su vocablo incorporada perfectamente en una relación de a tres, fuí la tercera, soy esa que esta en discordia, soy su confusión, es mas que una confusión en mi, plantó sus raíces en mi y las dejó para que yo solo las adorara y no las haga crecer, me anuló los sentimientos, me anuló la sonrisa, me anuló el corazón...